Si el P2P ha revolucionado la forma en que compartimos música, videos, películas, software y series televisivas por lo cual las asociaciones de derechos de autor están que trinan debido a que el modelo actual de cobrar por los derechos de copia es insostenible, los libros también les llegará su rebuzno de forma masiva.
Este artículo pretende explicar un posible futuro cercano. Un futuro de libros, de como les va ir rebuznando por la red y que efectos va ha tener en el lector.
Como es un futuro muy próximo, especular es sobretodo divertido y un ejercicio de puro sentido común.
Como todos los grandes monopolios mantener el status quo es primordial para las asociaciones de derechos de propiedad intelectual. Pero los nuevos modelos sociales propulsados por nuevas tecnologías hacen imposible mantener las actuales formas de cánones, la sociedad ya no es sólida es líquida y fluye a través de todos los impedimentos que se le oponen.
Pero lo que hasta ahora ha sido una guerra que van perdiendo poco a poco tanto las discográficas como las productoras de cine y software. A fecha de hoy las editoriales parecen no sentirse afectadas por los rebuznos.
¿Por qué? Creo que, en primer lugar, los libros forman parte de una producción intelectual que requiere de un soporte especial. Mientras que la música, las películas y el software el soporte es lo de menos, lo importante es el contenido y no el soporte. En los libros esto no esta tan claro, es habitual ver personas que se compran libros que ya tienen porque se hace una edición en tapa dura o con papel especial satinado, con dibujos de este o de aquel dibujante o con anotaciones de expertos, etc.
Otra de las causas es que mientras que la cultura de los libros es la más antigua de las expresiones intelectuales reproducibles; el software, las películas y la música, en menor medida, son expresiones mucho más modernas. Existen bibliotecas y museos donde se exponen libros; mientras que el primer paquete de software de Oracle que salió de la fábrica, como que no tiene mucho interés, por ahora; y en la misma medida, DVD’s y CD’s. Esta apreciación por la presentación física de esta expresión intelectual hace más soportable el precio de comprar un libro porque se tiene la sensación de que se adquiere algo más que el derecho a leer una obra. Se adquiere un producto hecho con material orgánico, papel, un pequeño tesoro.
Pero esto va a cambiar, principalmente porque el papel es caro y por tanto el producto final es también muy caro y con el tiempo irá a más, además las nuevas generaciones de consumidores concienciados por economías sostenibles y respetuosas con el medio ambiente empezarán a ver en los libros un producto políticamente incorrecto en su soporte en papel.
Con la llegada de la tinta electrónica las sensaciones leyendo un libro empiezan a ser sustituidas, y en el momento en que se pueda cambiar el soporte de papel orgánico por papel electrónico, el rebuzno esta servido.
Actualmente con una mula a plena potencia se pueden encontrar en la red, en 2 días, unos 22000 libros, suficientes para llenar toda una vida humana de lecturas, si a eso le añadimos un soporte como este que aparece en la foto del artículo. Y que según comentan tendremos los primeros ejemplares para este verano. Las editoriales pueden empezar a encontrar métodos más imaginativos para seguir en la brecha. El proceso será más lento pero a la larga será más implacable. Mi conclusión es que el libro es un producto en clara decadencia. Aunque si somos optimistas si queremos ser legales; con soporte electrónico un libro puede que sea tan barato de comprar que mantener a nuestros escritores favoritos sea factible. ¿No vende U2, REM o Cold Play? No nos desesperemos, porque Auster, Reverte, King, Brown, Banks o Scott Card seguirán sobreviviendo al cambio.
Dicen los chinos “Líbrate de vivir tiempos interesantes”. A las editoriales les llegan tiempos interesantes.
Para ampliar el artículo :
Otros artículos en ECP : La marmota recursiva, Truman el único bigbrother.
Technoratis tags : Tinta electrónica, libros electrónicos.
Este artículo pretende explicar un posible futuro cercano. Un futuro de libros, de como les va ir rebuznando por la red y que efectos va ha tener en el lector.
Como es un futuro muy próximo, especular es sobretodo divertido y un ejercicio de puro sentido común.
Como todos los grandes monopolios mantener el status quo es primordial para las asociaciones de derechos de propiedad intelectual. Pero los nuevos modelos sociales propulsados por nuevas tecnologías hacen imposible mantener las actuales formas de cánones, la sociedad ya no es sólida es líquida y fluye a través de todos los impedimentos que se le oponen.
Pero lo que hasta ahora ha sido una guerra que van perdiendo poco a poco tanto las discográficas como las productoras de cine y software. A fecha de hoy las editoriales parecen no sentirse afectadas por los rebuznos.
¿Por qué? Creo que, en primer lugar, los libros forman parte de una producción intelectual que requiere de un soporte especial. Mientras que la música, las películas y el software el soporte es lo de menos, lo importante es el contenido y no el soporte. En los libros esto no esta tan claro, es habitual ver personas que se compran libros que ya tienen porque se hace una edición en tapa dura o con papel especial satinado, con dibujos de este o de aquel dibujante o con anotaciones de expertos, etc.
Otra de las causas es que mientras que la cultura de los libros es la más antigua de las expresiones intelectuales reproducibles; el software, las películas y la música, en menor medida, son expresiones mucho más modernas. Existen bibliotecas y museos donde se exponen libros; mientras que el primer paquete de software de Oracle que salió de la fábrica, como que no tiene mucho interés, por ahora; y en la misma medida, DVD’s y CD’s. Esta apreciación por la presentación física de esta expresión intelectual hace más soportable el precio de comprar un libro porque se tiene la sensación de que se adquiere algo más que el derecho a leer una obra. Se adquiere un producto hecho con material orgánico, papel, un pequeño tesoro.
Pero esto va a cambiar, principalmente porque el papel es caro y por tanto el producto final es también muy caro y con el tiempo irá a más, además las nuevas generaciones de consumidores concienciados por economías sostenibles y respetuosas con el medio ambiente empezarán a ver en los libros un producto políticamente incorrecto en su soporte en papel.
Con la llegada de la tinta electrónica las sensaciones leyendo un libro empiezan a ser sustituidas, y en el momento en que se pueda cambiar el soporte de papel orgánico por papel electrónico, el rebuzno esta servido.
Actualmente con una mula a plena potencia se pueden encontrar en la red, en 2 días, unos 22000 libros, suficientes para llenar toda una vida humana de lecturas, si a eso le añadimos un soporte como este que aparece en la foto del artículo. Y que según comentan tendremos los primeros ejemplares para este verano. Las editoriales pueden empezar a encontrar métodos más imaginativos para seguir en la brecha. El proceso será más lento pero a la larga será más implacable. Mi conclusión es que el libro es un producto en clara decadencia. Aunque si somos optimistas si queremos ser legales; con soporte electrónico un libro puede que sea tan barato de comprar que mantener a nuestros escritores favoritos sea factible. ¿No vende U2, REM o Cold Play? No nos desesperemos, porque Auster, Reverte, King, Brown, Banks o Scott Card seguirán sobreviviendo al cambio.
Dicen los chinos “Líbrate de vivir tiempos interesantes”. A las editoriales les llegan tiempos interesantes.
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