2005-11-21

Reflexiones Imprescindibles para un mundo prescindible : Grandes Suficies

Existe un mundo estresante más allá de la familia, el trabajo y el fútbol...se llama Supermercado o 'Gran Suficie' como decía una encantadora ama de casa en un programa televisivo.
El Supermercado es un centro de estrés en toda regla empezando por la tendencia innata de los carritos a irse hacia una dirección que según una leyenda urbana del marketing es para que el comprador se pegue leches con los estantes y se fije en los productos... para mi que no se gastan un duro en alinearlos y punto; con lo cual te pasas la tarde por el ‘Carre4’ ladeando como puedes, evitando introducir el carrito dentro del estante de las botellas de vinos que no seré el primero que ha tenido ganas de dejarlo ir, a ver si metiendo el carrito entre los Riojas y Somontanos Reserva de 99 se dan cuenta que es un suplicio ir con el carrito torcido, o puede que sea el suelo, será como las autopistas que tienden a tener inclinación desde el centro para quitar el agua, funcionan los circuitos de los supermercados escupiendo los carritos hacia los lados para que compremos compulsivamente.
Otro punto clave es el día que entras en el supermercado porque la mujer te a pedido que compres un simple y único envase de queso rallado y tu vas tranquilamente orgulloso de cumplir la misión que te han dado pasando de carritos y cestitas todo seguro de que conseguirás salir de ahí solo y solamente con un envase de queso rallado pero eso amigo mío es imposible porque no se puede luchar contra cientos y miles de expertos en marketing de grandes 'Suficies' que te tienen calado hasta la méluda y aunque no quieras empiezas a notar que antes de conseguir llegar al estante del queso rallado ya llevas encima más cosas de las que puedes sujetar con las dos manos sobretodo la bolsita de chips con un 30 por ciento más que ya llevas por debajo del sobaco se empieza hacer añicos y, aunque como según reza la bolsa el gusto es nuevo y mejorado, empiezas a pensar que a lo mejor no llegan al mostrador de la cajera nada nuevo y mucho menos mejorado; al fin cuando consigues llegar al queso rallado lo coges con los dientes y huyes despavorido ante el canto de sirenas de nuevas salsas BBQ con panceta y un pan de molde con Vitaminas afrodisíacas, en ese momento sufres de estrés hasta que llegas medio ahogado hasta la cajera con el queso rallado todo ensalivado y lo limpias como puedes con la manga antes que la cajera te vea, pero te ve y te mira con la condescendencia de una sacerdotisa del dios del 2x1.
Otro momento estresante es cuando vas a los espacios donde se debe participar en la decisión de la toma del producto por encima del precio y la fecha de caducidad que son las dos grandes armas del comprador masculino en el supermercado, siempre nos balo gloriamos de haber cogido la única pizza que caduca dentro de un meses y 15 días con 3 horas después de haber sacado cada uno de las pizzas del estante y haber comparado, por el método de prueba y error, todas las fechas de caducidad.
Pero llegamos a uno de los momentos durillos, los espacios de la fruta y verdura… esos entornos desconocidos y llenos de signos extraños de los compradores donde observamos con cierta frustración a la pequeña mujer o al anciano sacado de una película de Martínez Soria que con manos expertas empiezan a darle golpecitos, presiones y ha oler los melones y con una seguridad férrea, sin ninguna duda, con una fe suprema en aquellos golpecitos, escogen el melón y abandonan la sección de melones y tu te lo miras con cara de haber intentado pillar algo de esos oscuros manotazos del abuelo al melón y con aires de experto miras al pardillo que va detrás tuyo sudando y haciendo ver que llevas zumo de melón en las venas en vez de sangre te lanzas con las gafas a media nariz dando golpes y presiones a todo melón que aparece delante tuyo intentando deducir algo que es incomprensible para cualquier humano que sabe lo que es un mp3 . Conclusión Teorema: Si sabes lo que es un mp3 no puedes comprender la ciencia de los melones. Corolario:

Solo existe una neurona que pueda asumir uno de esos dos conocimientos de ti depende escoger con cual quieres vivir.
Otro momento estresante es el momento de pagar; cuando empiezas por escanear con la mente cual es la cola de menor tiempo, estimando cantidad de productos de cada persona que esta haciendo cola, numero de personas y los pardillos que puedan aparecer para pagar con monedas o cualquier variante que implique coste de tiempo, cuando llegas a una deducción asombrosa y sabes la caja que va ser más rápida en atenderte enfilas el carrito, con una fuerza que te hace sufrir los brazos para redirigir el carrito como si del Titánic fuera en dirección a la caja soñada; te pones en la cola y observas con aires de superioridad que los dos que se han puesto detrás tuyo llevan solo 3 cosillas y tu llevas un carrito tan lleno que sabes que con la mirada te imploran que les dejes pasar pero cual cesar en el coliseo levantas el dedo y les niegas ese pequeña gracia pero de pronto observas que la cajera te mira de formo extraña y los que tienes delante en la fila también empiezan a mirarte con un cara que no acabas de entender, te giras con un sudor frió y observas a la gente que tienes detrás que empiezan a sonreír y a crecer de forma mutante hasta que uno de ellos magnánimamente, a punto de estallar de tanta risa acumulada, levante un dedo y te señala un letrero colgado encima tuyo que reza : Caja Rápida máximo 10 unidades. En ese momento el mundo se hunde a tus pies y con cara de derrota absoluta te retiras a lamerte las heridas en la primera caja que encuentras que no te has parado a mirar, y observas con resignación que tienes delante tuyo un abuelo con 2 melones que solo por la forma como los acaricia seguro que son de oro, mientras descubres con la mirada baja que tu melón, ahora girado un poco, tiene un morado debajo que se te había escapado en tu reconocimiento inicial.
Finalmente el punto de mayor estrés es cuando una vez consigues que la cajera con plaquita con nombre de diosa del amor (Ginger, Jennifer o Samantha) empieza a pasar productos de forma profesional sin parar; los productos se empiezan acumular al otro lado y como que aun estas poniendo productos en la cinta empiezas a correr para avanzarte a la cajera, cuando lo consigues vas raudo y veloz a otro lado a empezar a meter los productos en las bolsas y pides con gracia y delicadeza unas cientos de bolsas a la cajera que con mano diestra te da un paquete de bolsas todas enganchadas entre ellas, mientras que con la otra sigue pasando paquetes, , y ahí viene el momento clave.... Como demonios están hechas estas bolsas que no hay quien las abra? Y empiezas a sudar y te das cuenta que la cajera ya a finalizado y te esta esperando y te fijas que toda la fila te mira con cara de resignación y para ganar tiempo sacas la tarjeta de crédito y esperas que se haya quedado sin línea haber si tienes tiempo de abrir alguna bolsa y en ese momento la cajera empieza a hacer bufidos y le empieza a salir bigote, y observas con fascinación como empieza abrir las bolsas de forma rápida y eficiente y tu no comprendes como coño consigue abrir la bolsa mientras tu te gastas la vista buscando un punto donde anclar una uña y salvar tu hombría.
En fin aunque las grandes Suficies generan enorme cotas de estrés no hay nada más relajante que abrir una bolsa de ganchitos y dejarla a medias en el estante de los desodorantes o conseguir el último canapé del queso de nombre impronunciable ofrecido por esa chica tan mona con pinta de tirolesa pero acento de Castefa.


Otras reflexiones prescindibles en ECP : Rufino Acto Primero, Rufino Acto Segundo.

Technorati tags : reflexiones, monologos, humor.

2 comentarios: