La factoría de Ideas en su colección Solaris editan en el número 67 la novela de Robert C. Wilson. “Testigos de las estrellas”. El libro en su edición original se llama Blind Lake que hace referencia al lugar donde pasa la historia pero que es un nombre que no aporta nada para atraer a los posibles compradores así que aunque no soy muy partidario de estas distorsiones y lindezas editoriales es aceptable en este caso por ser un nombre que aunque mucho más grandilocuente no es tan aséptico como el nombre original.
Después de libros como Mysterium, Darwinia, Los Cronolitos y Nómadas. Wilson empieza a dar señales de que ha empezado a dar ese salto que permite a los escritores pasar de normalitos a grandes maestros y ‘Testigos de las estrellas’ empieza a tener esas características que permiten a los escritores no solo ganar premios sino obtener prestigio y ser recordados. Para el caso, esta novela es redonda en casi todos sus aspectos aunque previsible en algunos momentos hace un balance adecuado del ritmo entre la historia de fondo y las historias paralelas que le dan riqueza y como ya es habitual en Wilson en un desarrollo de personajes eficiente, muy coherentes y sobretodo creíbles como pocos escritores saben hacerlo.
La historia gira entre unos personajes que por causas desconocidas para ellos quedan en cuarentena en unas instalaciones militares donde mediante una tecnología de ordenadores auto evolucionados desconocida por sus propios creadores se investiga una forma de vida inteligente en un planeta lejano. La historia se va desarrollando entre los personajes que están bastante logrados y su incapacidad para entender que esta pasando, porque el bloqueo total y la incomunicación les abocan tensiones y a situaciones estresantes.
Es un libro de corte clásico dentro de la ciencia ficción, muy basado en conceptos Hard pero que no abusa de ellos, aunque el corazón de la historia es muy tecnológico y hasta cierto punto trascendental y místico el paisaje; el contexto es muy humano y sentimental y Wilson consigue hacer un equilibrio perfecto entre los dos vertientes haciendo del libro una joya.
Valoración 885.Después de libros como Mysterium, Darwinia, Los Cronolitos y Nómadas. Wilson empieza a dar señales de que ha empezado a dar ese salto que permite a los escritores pasar de normalitos a grandes maestros y ‘Testigos de las estrellas’ empieza a tener esas características que permiten a los escritores no solo ganar premios sino obtener prestigio y ser recordados. Para el caso, esta novela es redonda en casi todos sus aspectos aunque previsible en algunos momentos hace un balance adecuado del ritmo entre la historia de fondo y las historias paralelas que le dan riqueza y como ya es habitual en Wilson en un desarrollo de personajes eficiente, muy coherentes y sobretodo creíbles como pocos escritores saben hacerlo.
La historia gira entre unos personajes que por causas desconocidas para ellos quedan en cuarentena en unas instalaciones militares donde mediante una tecnología de ordenadores auto evolucionados desconocida por sus propios creadores se investiga una forma de vida inteligente en un planeta lejano. La historia se va desarrollando entre los personajes que están bastante logrados y su incapacidad para entender que esta pasando, porque el bloqueo total y la incomunicación les abocan tensiones y a situaciones estresantes.
Es un libro de corte clásico dentro de la ciencia ficción, muy basado en conceptos Hard pero que no abusa de ellos, aunque el corazón de la historia es muy tecnológico y hasta cierto punto trascendental y místico el paisaje; el contexto es muy humano y sentimental y Wilson consigue hacer un equilibrio perfecto entre los dos vertientes haciendo del libro una joya.
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