Jonathan Carroll es un escritor de impulsos y este es un libro de impulsos. Me explico. Para Jonathan el escribir una novela parece más una terapia de entretenimiento que una búsqueda de una obra literaria. Es un libro con una puntuación de las poco habituales, donde su valoración global es inferior que sus partes.
Es decir que el resultado es un libro prescindible pero que tiene grandes virtudes en cuanto a ritmo y estilismo. Esto es debido que la suma de las partes es inferior a una visión segmentada de la novela. Puede y habrá mucha gente que le guste este tipo de novelas, pero no es mi caso, leer una novela de Carroll es un proceso único en muchos aspectos es sorprendente, enigmática incluso, entretenida, pero no deja ningún rastro en un lector como yo que espera algo interesante en la novela que ir pasando de un ciclo argumental a otro sin alineamiento.
En la novela pasan muchas escenas que son totalmente irrelevantes tanto para el resultado final como por el hecho de que no dan cuerpo ni sentido a la historia.
Es un festín de creatividad pero sin dirección aunque al final se busca una solución al vacío generado que no convence en absoluto.
La prueba del algodón es que la novela hubiera podido acabar 100 páginas después o 100 páginas antes y el resultado seria el mismo.
Es decir que el resultado es un libro prescindible pero que tiene grandes virtudes en cuanto a ritmo y estilismo. Esto es debido que la suma de las partes es inferior a una visión segmentada de la novela. Puede y habrá mucha gente que le guste este tipo de novelas, pero no es mi caso, leer una novela de Carroll es un proceso único en muchos aspectos es sorprendente, enigmática incluso, entretenida, pero no deja ningún rastro en un lector como yo que espera algo interesante en la novela que ir pasando de un ciclo argumental a otro sin alineamiento.
En la novela pasan muchas escenas que son totalmente irrelevantes tanto para el resultado final como por el hecho de que no dan cuerpo ni sentido a la historia.
Es un festín de creatividad pero sin dirección aunque al final se busca una solución al vacío generado que no convence en absoluto.
La prueba del algodón es que la novela hubiera podido acabar 100 páginas después o 100 páginas antes y el resultado seria el mismo.
Resumen :
Harry Radcliffe, el protagonista, es un arquitecto de éxito con fuertes problemas psicológicos casi al punto de la locura que vive inmerso en un calidoscopio vital entre dos mujeres y un Sultán multimillonario que desea realizar un museo dedicado al perro casi de forma obsesiva. Las peripecias para estabilizar la mente del arquitecto y los problemas para llevar acabo la obra junto con unas relaciones sentimentales a tres bandas dan cuerpo a la historia de la novela.
Valoración 687.
Otras reseñas en ECP : Choque de Reyes, Ciudad Abismo, Vitales.
Technorati Tags : reseña, libro, ficcion, novela, fantasia, carroll.
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