2014-11-09

Reseña y Opinión : RedShirts (John Scalzi) Val: 776

Fichita: 
Editorial: Minotauro
Escritor: John Scalzi
Páginas : 311
ISBN : 978-84-450-0179-0
Original : RedShirts
Valoración: 776
Traductor: No se específica
Status: Leíble
Categoría: Humor
Precio (aprox.) :  16,20








Opinión:
 
John Scalzi es el  autor de serie La Vieja Guardia. Una serie que ha tenido bastante éxito y continuidad; entregando hasta el momento  4 historias traducidas al castellano a la publicación de esta reseña. Y aunque para mi gusto no llegó donde debería, hay que reconocerle méritos cierta calidad y mucho de humor negro y para mi gusto mucho mejor que esta novela RedShirts.

Y con esta novela que reseño sigue con este querer y no poder que caracteriza, por ahora, sus novelas. Una gran idea pero medio fallida en construcción y desarrollo.

En este caso la novela tiene un arco narrativo en dos fases muy diferenciadas por un lado la propia historia que se expone en la contraportada y otra que nace de la metaliteratura de la que este libro es un buen ejemplo. Existe una autoreferencia en ella misma y se envuelve en una segunda parte que e inflige una vuelta de tuerca que para mi no acaba de funcionar en absoluto. Muy habitual en John Scalzi comenzar con una más que buena idea para ir decayendo en un planteamiento que podría haber sido mucho mejor.  Creo (y esto es más mi subjetividad, preferencias y probablemente prejuicios ) que no resuelve bien el planteamiento de la novela, ya ni en la primera fase de la narración se queda corto y falla mucho en la segunda parte que se hace pesada de leer.

Se le presupone mucho humor a la novela pero tampoco es su mejor virtud. Si que reconozco algún momento divertido, me arrancó más de una sonrisa y carcajada pero no es realmente una novela de un humor descontrolado y con cierta intensidad. Así que para mi ya queda lejos de lo que pretenden el autor. ¿Te ríes ? Si. Pero tampoco te descojonas de reír.

Scalzi aprovecha todo un corriente cultural que ha adquirido tintes litúrgicos actualmente dándole un revolcón a todo lo que significaron las series de televisión Kitsch de los 70 y 80 desde Star Trek principalmente hasta Buck Rogers por poner otro ejemplo. En el caso de Star Trek que es la referencia inevitable de la novela, John hace un ejercicio de análisis de estas series casi en tono de monologista del club de la comedia y profundiza en  su enorme impacto en la cultura Pop. Dichas series se han convertido en todo un símbolo cultural de los nerd's  o geek's (...en la que me incluyo totalmente...) que ya aposentados en la clase media y pasada la juventud y la inmadurez seguimos siendo asiduos a toda una cultura del ocio y de cierta superficialidad inicial va adquiriendo mayor respeto y madurez dentro de los movimientos culturales de finales de siglo pasado.
En el caso de Star Trek dió incluso para generar un subgrupo para referirse a los seguidores de la Saga: los Trekies.

John expone en la novela parte de los inevitables altibajos de calidad dispar de estas serie eternas y de todo lo que envuelve el mundo de los actores secundarios, sin lograrlo del todo podría haber sido mucho más dramático pero seguramente no había manera de encajar en una novela de humor dicha parte más dramática y depresiva.

Los actores de estas series viven una vida  menos divertida y glamurosa de lo que podríamos esperar viendo a las estrellas que se perpetuaban en ellas. Pulsando la crudeza de la vida de los actores segundones que  transitan en estas series ejecutadas como quien va trabajar a un oficina con horario y sueldo establecido y siempre pendientes de leer el último guión para ver si se mantenía el contrato un capítulo más, mientras las estrelles de la serie viven ajenos a esta realidad.




Contraportada:
El alférez Andrew Dahl acaba de ser destinado al Intrepid, buque insignia de la Unión Universal desde 2456. Es un destino de prestigio, y Andrew está más emocionado si cabe por el hecho de que lo hayan asignado al laboratorio de xenobiología de a bordo, lo que le dará la oportunidad de servir en misiones de desembarco junto a los famosos oficiales de la nave. 
Sus perspectivas no podrían ser mejores... hasta que Andrew empieza a comprender que (1) cada misión de desembarco implica algún tipo de enfrentamiento letal con fuerzas alienígenas, (2) el capitán de la nave, su oficial científico jefe y el atractivo teniente Kerensky siempre sobreviven a estos enfrentamientos, y (3) lamentablemente, al menos uno de los tripulantes de bajo rango siempre, siempre, muere. 
Por tanto no sorprende que los tripulantes de las cubiertas inferiores eviten como la peste las misiones de desembarco. Y cuando Andrew tropieza con una información que transforma completamente tanto su propia visión como la de sus compañeros de lo que realmente es el Intrepid, surgirá la arriesgada oportunidad de salvar sus propias vidas.
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