La perversa dicotomía entre privacidad y exhibicionismo de nuestro tiempo ha desembocado en dos tipos de personas, las que tienen tendencia a exhibirse y a mostrarse tal y como son y los que tienen tendencia a buscar la privacidad y el proteccionismo para intentar evitar ser controlados.
Los que escribimos en un blog o participamos en mayor o menor medida en esfuerzos colectivos para ampliar los fondos de recursos digitales tendemos a desnudar partes más o menos importantes de nuestra personalidad, sentimientos, filias, vicios y demás pasiones humanas en artículos, comentarios, videos, fotos y los depositamos en cualquier servidor remoto y esperamos que algún anónimo lector dedique minutos o solo segundos ha leer, ver y oír lo que exponemos.
A veces me han preguntado... ¿Porqué dedicar tantas horas a mantener un blog, contestar comentarios, recopilar información, verificar links y llenarlo de contenido que en gran medida nos resta nuestra privacidad? Además si no puedes dedicarle todo el tiempo que te gustaría o el contenido no es muy interesante o muy específico puedes tener audiencias pequeñas.
La verdad es que la respuesta a esta pregunta y a preguntas parecidas es compleja y cada bloggero responde y se define de muchas formas diferentes y con tal proliferación de matices que se llega incluso a las contradicciones y a opiniones contrapuestas.
Pero la mayoría estaría de acuerdo en afirmar que nos une una necesidad social de entrar en contacto con otra gente con parecidas pasiones para exhibir, compartir, enriquecer, contrastar y ampliar nuestras propias necesidades y conocimientos.
Decía un bloggero que un blog o una Web personal de cualquier índole sin participación foránea, sin comentarios de los navegantes pierde todo el significado.
Probablemente cualquiera que haya empezado un proyecto de blog y lo haya abandonado será consciente de lo que hablo. En un mundo de millones de potenciales navegantes a los que enviamos un estímulo y no se recibe respuesta alguno es, por lo menos, descorazonador y frustrante (la mayoría de los blogs se abandonan antes que puedan madurar a los pocos meses de su creación).
Pero si se supera esa fase, ay si se supera esa fase... si recibimos un comentario, un agradecimiento por una recomendación, por haberse emocionado con algo que hayamos realizado, por haber sido útiles para alguien desconocido; cuando alguien nos dice que no esta de acuerdo, cuando los queridos trolls aparecen y vocean dentro de sus propias fobias, eso querido lector, es música celestial para un bloggero.
Cualquier cosa que rebote en Internet y devuelva una respuesta es motivante y dan ganas de seguir en el tajo y devolver a cada respuesta más estímulos. Esto se llama comunicación; sin respuesta no existe comunicación, solo sería un discurso y el blog desaparece porque no tiene función alguna.
Con cada artículo, foto, video o comentario que depositamos en Internet, vamos añadiendo contenido al fondo de conocimiento humano puede ser equivocado o no, parcial, desinformativo pero todo nos define como humanidad.
Evitando caer en la grandilocuencia todos los pioneros que dedicamos horas a Internet y participamos generando contenido estamos dando los primeros pasos de una nueva era. Hoy los buscadores rastrean Internet acumulando información actual y gestionándola para que sea accesible. Los buscadores de mañana bucearán en los contenidos antiguos generados por cientos de miles de personas durante años y años hasta tener un sedimento de contenidos de proporciones y valor incalculables.
Dentro de muchos años un tataranieto buscará nuestro nombre en ese silo de información queriendo conocer quienes fuimos...
Los que escribimos en un blog o participamos en mayor o menor medida en esfuerzos colectivos para ampliar los fondos de recursos digitales tendemos a desnudar partes más o menos importantes de nuestra personalidad, sentimientos, filias, vicios y demás pasiones humanas en artículos, comentarios, videos, fotos y los depositamos en cualquier servidor remoto y esperamos que algún anónimo lector dedique minutos o solo segundos ha leer, ver y oír lo que exponemos.
A veces me han preguntado... ¿Porqué dedicar tantas horas a mantener un blog, contestar comentarios, recopilar información, verificar links y llenarlo de contenido que en gran medida nos resta nuestra privacidad? Además si no puedes dedicarle todo el tiempo que te gustaría o el contenido no es muy interesante o muy específico puedes tener audiencias pequeñas.
La verdad es que la respuesta a esta pregunta y a preguntas parecidas es compleja y cada bloggero responde y se define de muchas formas diferentes y con tal proliferación de matices que se llega incluso a las contradicciones y a opiniones contrapuestas.
Pero la mayoría estaría de acuerdo en afirmar que nos une una necesidad social de entrar en contacto con otra gente con parecidas pasiones para exhibir, compartir, enriquecer, contrastar y ampliar nuestras propias necesidades y conocimientos.
Decía un bloggero que un blog o una Web personal de cualquier índole sin participación foránea, sin comentarios de los navegantes pierde todo el significado.
Probablemente cualquiera que haya empezado un proyecto de blog y lo haya abandonado será consciente de lo que hablo. En un mundo de millones de potenciales navegantes a los que enviamos un estímulo y no se recibe respuesta alguno es, por lo menos, descorazonador y frustrante (la mayoría de los blogs se abandonan antes que puedan madurar a los pocos meses de su creación).
Pero si se supera esa fase, ay si se supera esa fase... si recibimos un comentario, un agradecimiento por una recomendación, por haberse emocionado con algo que hayamos realizado, por haber sido útiles para alguien desconocido; cuando alguien nos dice que no esta de acuerdo, cuando los queridos trolls aparecen y vocean dentro de sus propias fobias, eso querido lector, es música celestial para un bloggero.
Cualquier cosa que rebote en Internet y devuelva una respuesta es motivante y dan ganas de seguir en el tajo y devolver a cada respuesta más estímulos. Esto se llama comunicación; sin respuesta no existe comunicación, solo sería un discurso y el blog desaparece porque no tiene función alguna.
Con cada artículo, foto, video o comentario que depositamos en Internet, vamos añadiendo contenido al fondo de conocimiento humano puede ser equivocado o no, parcial, desinformativo pero todo nos define como humanidad.
Evitando caer en la grandilocuencia todos los pioneros que dedicamos horas a Internet y participamos generando contenido estamos dando los primeros pasos de una nueva era. Hoy los buscadores rastrean Internet acumulando información actual y gestionándola para que sea accesible. Los buscadores de mañana bucearán en los contenidos antiguos generados por cientos de miles de personas durante años y años hasta tener un sedimento de contenidos de proporciones y valor incalculables.
Dentro de muchos años un tataranieto buscará nuestro nombre en ese silo de información queriendo conocer quienes fuimos...
¿Que tal querido tataranieto?. Disculpa el mundo que os dejamos en mi época, estábamos empezando ha conocernos y ha dejar de odiarnos. Espero que lo estéis haciendo mejor.
Decía un experto en buscadores que no hacía falta preocupárnos mucho por la privacidad porque hacía tiempo que había dejado de existir.
¿De verdad queremos una ficticia privacidad hoy a una eternidad probable mañana?
Otros artículos en ECP : Los libros también rebuznan, La singularidad tecnológica.
Technorati Tags : internet, futuro, privacidad, contenidos.
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