2013-05-05

Reseña y Opinión : El mundo sin nosotros (Alan Weisman) Val: 785


Fichita:
Editorial: Random House Mondadori, S.A
Escritor: Alan Weisman
Páginas : 387
ISBN : 978-84-8306-743-7
Original : The World Without Us
Valoración: 785
Traductor : Francisco J. Ramos
Status : Recomendable
Categoría : Otros
Precio (aprox.) : 19,86









Opinión:


Este libro lo he estado leyendo sin continuidad durante los últimos 5 años. Forma parte de mi forma de leer; que combina una distribución que se mantiene más o menos constante con los años; por un lado libros de género 50% y por el otro libros variados de  tipología, temáticas, ensayos y técnicos. Este libro es del tipo ensayo especulativo y los leo de forma muy pausada y tangencial, son libros que dilato mucho en el tiempo, de los cuales voy leyendo capítulos sueltos en días con mucha disponibilidad donde combino libros de cabecera del momento con libros como este (4 o 5 libros todos a la vez siempre están pivotando a mi lado).

Leyendo estos libros evito saturarme de lecturas sesudas y difíciles de digerir pero que a sorbos me gusta disfrutar.  Tiendo, en definitiva, a cansarme a veces de leer durante horas el mismo libro cuando no son novelas que distraen suficientemente, así los libros pesados, densos en datos o información técnica los prefiero leer en dosis pequeñas pero intensas. Finalmente siempre intento que al menos un libro al año sea de los sociabilizados: mainstream y bestsellers para tener algo que compartir con el restos de lectores amigos míos más habituales de los grandes éxitos y que no siguen mis propias fobias y filias. 

Y respecto a libro es interesante pero también denso, ya que desarrolla una rama desconocida por ser tan poco habitual como la especulación científica que es un estilo literario de ensayo, bastante lejos de la narrativa de novela o cuento habitual de este blog.

Este libro se concibe y se articula desde una pregunta simple pero muy profunda en sus consecuencias y posteriormente desarrolla todo un análisis de sus implicaciones.
Esta pregunta es:

 ¿Cómo reaccionaría el planeta ante una extinción completa e instantánea de la humanidad sin ningún efecto destructivo en nuestro ambiente? En pocas palabras simple y llanamente dejamos de existir.

Aunque es una premisa tétrica y muy poco previsible (pienso que la humanidad, si tiene que desaparecer será mediante un proceso más o menos dilatado en el tiempo y probablemente  con varias generaciones afectadas a la vez, o alternativamente una catastrofe natural de dimensiones bíblicas lo cual no permitiría un tipo de ensayo como este) nos da una perspectiva, un espejo para ver nuestra actual influencia en el ecosistema viendo como repercutiría en la naturaleza que el ser humano dejara de repente de generar presión en nuestro mundo.

Haciendo una pequeña cronología a partir del día de la desaparición tenemos ejemplos para hacerse una idea:

  • (A los 2 días) Con los mecanismos de drenaje desactivados, el metro de Nueva York se inundaría completamente. 
  • (A los 7 días) Los generadores diésel que impulsan el agua de los circuitos de refrigeración de los reactores nucleares se quedarían sin combustible, y el mecanismo se detendría.
  • (Al primer año) Los mil millones de pájaros que mueren cada año en todo el mundo sobrevivirían gracias al fallo de las luces de localización de las torres de comunicación y a la inanidad de los cables de alta tensión.
  • (A los 10 años) El tejado con la grieta que ya tenía goteras hace una década habría desaparecido hace tiempo.
  • (A los 100 años) Las poblaciones de pequeños depredadores, mapaches, comadrejas y zorros disminuirían por culpa del legado humano: los gatos asilvestrados desestabilizarían la cadena trófica.
  • (A los 300 años) Los puentes de Nueva York se derrumbarían. Los diques de todo el mundo  se anegarían, se inundarían y se vendrían abajo. Ciudades como Houston, construidas en los deltas de los ríos, serían arrastradas por las aguas.
  • (A los 1000 años) Cualquier construcción que quedara en pie en Nueva York acabaría finalmente convertida en un inmenso bloque de hielo.
  • (A los 35.000 años) El suelo quedaría limpio del plomo depositado durante la era de la industrialización (el cadmio desaparecería al cabo de 75.000 años).
  • (Después de cientos de miles de años) Aparecerían microbios capaces de biodegradar el plástico.
  •  (A los 100.000 años) El CO2 volvería a los niveles previos a la aparición del ser humano (puede que incluso tardase más).
  • (A los 10.200.000 años) Las esculturas de bronce serían todavía reconocibles.
  • (A los 3 mil millones de años) Aunque en formas inimaginables para nosotros, la Tierra seguiría siendo un planeta con vida.
  • (Más de 5 mil millones de años) El Sol, en su fase de gigante roja, se expandiría y engulliría los planetas más cercanos, entre ellos la Tierra.
  • (La Eternidad) Nuestras emisiones de radio y televisión, probablemente fragmentadas seguirían viajando por los confines del Universo.
El libro utiliza espacios tan característicos como las zonas despobladas de las areas contaminadas de Chernóbil, que renacen pese a la contaminación radiactiva con una naturaleza desbocada.


Un hotel abandonado durante 30 años en Chipre, donde se aprecia el impacto del tiempo en un edificio abandonado durante décadas.



 o la zona de exclusion entre las dos coreas, deshabitada y prohíbida que ha generado todo una ecología propia en un corredor de pocos kilómetros.


Y también Bialowieza un parque natural (Polonia/Ucranía) que se ha convertido en la última reserva natural de Europa (más por casualidad que por otra cosa)  donde aún se pueden observar como eran los bosques vírgenes antes de la llegada de los hombres a Europa.



 Partiendo de esas experiencias se introduce estimaciones sobre la velocidad de recuperación que realiza la naturaleza  invadiendo espacios humanos volviendo todo a su estado natural: velocidad, recuperación, causalidad.

Conclusión lo que nunca desaparecerá de nuestro paso por el universo como especie, son nuestras señales de radio y televisión. Aquello que precisamente parece más efímero e insustancial. Dentro de millones de años, después de oceanos de tiempo lo único que seguirá persistiendo de nuestro paso serán nuestras señales de imagenes y de radio que emitimos y que se escurren por el espacio propagándose eternamente.

También aborda una reflexión más controvertida sobre como deberíamos proceder para reducir y la presión que generamos a nuestro ecosistema y conseguir un modelo auto-sostenible acorde con las posibilidades reales de nuestro mundo sin perder todas las ventajas de una sociedad moderna.  Y plantea la posibilidad de una reducción ordenada de la cantidad de personas en el mundo. Mediante una norma tan simple a la vez que tan controvertible:  de un hijo máximo por mujer.
En 100 años podríamos tener una población que rondaría los 1.600 millones de personas en total; algo que probablemente con la tecnología actual podríamos hacer viable y sostenible nuestro planeta con respecto a nuestras necesidades.

Yo añadiría que esas población se debería juntar en unos 12 o 13 lugares únicamente con 100 millones de personas cada una en una extensión lo más reducida posible. Con esto evitaríamos mucha energía en desplazamientos y el resto del mundo podría liberarse aún más de la presión humana, de cientos de carreteras inútiles y mucha energía de desplazamiento innecesaria. Aunque parezca que vivir en el campo en un casa rodeado de  plantas, animales y pequeños huertos es de lo más ecológico. Es precisamente todo lo contrario, cuando mayor es la concentración de la población, la huella de contaminación disminuye por persona, mientras que a mayor dispersión mayor es la huella de contaminación que generamos.

 El libro aunque interesante es excesivamente periodístico con mucha información a veces sin un objetivo en su ordenación claro. No existen casi diálogos y el libro es denso lleno de datos pero también con pequeños pensamientos del autor dando opinión a cada pequeño elemento que va narrando.  

Contraportada:
¿Qué pasaría en la Tierra si desapareciera el ser humano? Alan Weisman ha visitado los lugares clave del planeta y hablado con expertos de todo tipo para contestar a esta fascinante pregunta y explicarnos cómo nuestras enormes infraestructuras se hundirían y finalmente desaparecerían sin dejar rastro; cuánto tardarían las principales ciudades del planeta en reforestarse y las llanuras africanas en recuperar el esplendor de su fauna; por qué algunas de nuestras construcciones más antiguas podrían ser las últimas en desaparecer y cuáles de nuestros objetos cotidianos quedarían inmortalizados como fósiles.
Partículas de plástico indestructibles, gatos domésticos que se convierten en depredadores de éxito, plagas urbanas como las ratas o las cucarachas que desaparecen sin la presencia del hombre y estatuas de bronce que perviven milenios son solo algunos de los elementos que el lector se encontrará en este apasionante recorrido por un planeta tan familiar como extraño.
Fascinante , agudo y profundamente inteligente: un enfoque original para tratar el impacto del ser humano sobre el planeta y la impresionante capacidad de regeneración de la naturaleza.
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